Los sismos que este año azotaron Nepal nos recuerdan cruelmente que, aunque conozcamos los mecanismos y sepamos localizar las fallas, estos fenómenos siguen siendo imprevisibles. Para comprenderlos mejor, investigadores del Institut Lumière Matière (ILM) de Lyon pusieron a punto una experiencia original basada en la luz para modelizarlos y estudiarlos en laboratorio.

La técnica empleada, que por ahora es incipiente, trata de anticipar con precisión y, de ser posible, controlar sismos modelo. El dispositivo diseñado por el equipo es el siguiente: se emite una luz blanca en el centro de un cilindro que encierra, entre dos placas de plexiglás, discos de plástico que simbolizan la textura granular de las fallas. Sobre el cilindro, se colocan pesas que, asociadas a un mecanismo de rotación, simulan las fuerzas a las que las fallas están sometidas en la realidad. De esta manera, se traslada al ambiente del laboratorio una falla, que en la naturaleza puede alcanzar unos mil kilómetros, para poder estudiarla minuciosamente. Las características propias del material utilizado permiten analizar la repartición y la interacción de las fuerzas dentro de la falla, con la esperanza de que algún día se pueda prever los sismos y salvar vidas.

Gracias a Osvanny Ramos y a Sébastien Lherminier por su contribución.